
Según cuenta la historia, los artilleros paraguayos cargaron los cañones con una cantidad variada de municiones, que incluía: vidrios rotos, piedras pequeñas, restos de vasijas de cerámica, utilizándose cubiertos e instrumentos de metal y hasta cocos (frutos de mbokaja). En Piribebuy se peleó con mosquetes, armas blancas, ramas, tacuaras afiladas, botellas rotas, las mujeres utilizaron piedras y agua hirviendo, inclusive.