
Tuvo su bautismo de fuego en la Batalla de Boquerón, a cuyo término prosiguió victorioso en las operaciones, capturando los Fortines Ramírez, Arce, Lara, Platanillo, Pampa Grande y Pozo Favorito, culminado con la dura jornada de maniobra defensiva Zenteno y Gondra, y luego en la ofensiva de Villa Montes, demostrando así un brillante historial de heroísmo que enriquece las incontables páginas de gloria de nuestra historia militar, por el inmenso valor, por el sublime sacrificio que sus hombres demostraron durante la guerra y la bravura del Soldado Guaraní.